Nadie está preparado para aceptar y asumir que un ser cercano y querido consume drogas. De ahí que la primera reacción sea negar esa realidad.
- Lo primero es ver que hay un problema y no querer justificar o tapar el mismo.
- Segundo es entender que yo no puedo decidir por el consumidor que quiere hacer con su vida.
- Tercero es que puedo dejar de ser solidario para sostener su consumo y lograr que el adicto se confronte y asuma las consecuencias del consumo de drogas. Dejar de ser «adicta al adicto», mediante ayuda terapéutica.
En mi libro «ESTO LE PUEDE PASAR TAMBIÉN A USTED», leyendo los capítulos ¿CUALES SON LOS MIEDOS QUE GENERA EL CONSUMO DE DROGAS?, ¿CÓMO MANEJAR DICHOS MIEDOS?, ¿QUÉ REPRESENTA LA ADICCIÓN FAMILIAR?, podrá encontrar claridad sobre su necesidad de ayuda y rol dentro del proceso de adicción de un ser querido.
Cada caso es único y particular, lo importante es reconocer que hay un problema y pedir ayuda especializada.